lunes, 26 de noviembre de 2007

La cultura del paro

Estamos acostumbrados a ver y escuchar manifestaciones y paros de docentes. A ellos se les han sumado petroleros, trabajadores municipales, empresas de servicios telefónicos. En sí, todos aquellos empleados, del Estado o no, que quieren reclamar algo lo hacen con la medida del paro. Paro que significa el cese de actividades, que por lo general afecta a la población y no al jefe al que se demanda un aumento salarial, por ejemplo. De todos modos, parece que el paro es la única forma de poder expresar repudio y disconformidad y la única manera de hacer reaccionar a los poderosos.

Hoy también paran los actores y porductores independientes. Así es, el paro llegó a la tele. En estos tiempos, la protesta se hace con paros, luchar es dejar de trabajar hasta que no se recomponga la situación. Esto no intenta desmerecer el esfuerzo y los reclamos de la gente que adhiere a los paros, sino mostrar cómo se ha generalizado y naturalizado una práctica en la sociedad. Cómo ya es normal ver una calle cortada, no tener clases, que se caigan los servicios, que no se pueda ingresar al Municipio, es decir ya no nos escandaliza ver estas pautas de conducta, pueden no gustarnos o podemos estar en contra pero sabemos que es parte de la vida cotidiana.


¿Y a quien culpar? ¿Al Estado por no garantizar salarios acordes a una inflación que sube cada vez más? ¿A la Justicia por no penalizar estas prácticas? ¿A los empleados que no buscan o no encuentran una solución más adecuada para su protesta?


Parece ser que como dijo una vez Nelson Castro en su programa "El juego limpio", si no se corta una ruta el reclamo no existe. La protesta debe visualizarse con el paro...ahora el poder lo ve??

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