La situación económica del país no es la ideal. Inflación, bajos sueldos, altos índices de pobreza. ¿Será que la economía tradicional no funciona en la Argentina? Eso será dicusión de los economistas. Lo cierto es que a nivel nacional se está buscando promocionar la economía social y el microcrédito.
Para ello representantes de las provincias se reunieron en el Ministerio de Desarrollo Social de Nación para conformar la "Comisión Asesora para el Programa de Promoción de Microcrédito para el Desarrollo de la Economía Social". La idea es propiciar la adhesión de las provincias incluyéndolas en los planes y proyectos de desarrollo local y regional, y fortalecer a instituciones que implementen el microcrédito.
Es interesante que desde el Estado se promuevan acciones de este tipo. Por lo general el desarrollo local es pensado desde las "bases", desde la gente que intenta encontrar una alternativa para sobrevivir en una economía de mercado poco incluyente.
José Arocena en "El desarrollo local frente a la globalización", postula que en los últimos años, la diferencia en los modos de producción, de vida y de consumo han variado. De esta manera lo local se enfrenta a un mundo globalizado donde la uniformadidad va perdiendo lugar. Se ve entonces lo local como expresión de diferencia. Leyendo autores de la misma línea que Arocena se infiere que los protagonistas del desarrollo local son los propios hombres "excluidos" del sistema, es el campo, lo diferente, no es el Estado mediante programas. Entonces ¿qué actitud adoptar frente a la adhesión de Río Negro a este programa nacional?
Un ejemplo extraordinario es el del Muhammad Yunus, un profesor de economía que empieza un microemprendimiento de créditos chicos en aldeas pobres de Bangladesh. En su libro "Hacia un mundo sin pobreza", relata la historia de cómo con el tiempo pudo fundar el "Banco Grameen", un sistema para a la gente con pocos recursos pero con capacidad productiva. Yunus alienta a confiar en la gente porque con su experiencia demostró que con brindar las herramientas para poder trabajar un pueblo puede salir de la hambruna y la pobreza.
¿Será este el objetivo del "Programa de fomento del Microcrédito para el Desarrollo local?
Por lo pronto, ya 17 provincias le dijeron que sí a la propuesta, y nombraron a Alberto Gandulfo como coordinador del programa.
Quizás la mejor respuesta sean los hechos concretos, los resultados. Hay que ver si estos microcréditos son entregados a la gente que verdaderamente los necesita. Hay que ver si no existirán las típicas trabas burocráticas, los trámites interminables y los requisitos imposibles.
Para ello representantes de las provincias se reunieron en el Ministerio de Desarrollo Social de Nación para conformar la "Comisión Asesora para el Programa de Promoción de Microcrédito para el Desarrollo de la Economía Social". La idea es propiciar la adhesión de las provincias incluyéndolas en los planes y proyectos de desarrollo local y regional, y fortalecer a instituciones que implementen el microcrédito.
Es interesante que desde el Estado se promuevan acciones de este tipo. Por lo general el desarrollo local es pensado desde las "bases", desde la gente que intenta encontrar una alternativa para sobrevivir en una economía de mercado poco incluyente.
José Arocena en "El desarrollo local frente a la globalización", postula que en los últimos años, la diferencia en los modos de producción, de vida y de consumo han variado. De esta manera lo local se enfrenta a un mundo globalizado donde la uniformadidad va perdiendo lugar. Se ve entonces lo local como expresión de diferencia. Leyendo autores de la misma línea que Arocena se infiere que los protagonistas del desarrollo local son los propios hombres "excluidos" del sistema, es el campo, lo diferente, no es el Estado mediante programas. Entonces ¿qué actitud adoptar frente a la adhesión de Río Negro a este programa nacional?
Un ejemplo extraordinario es el del Muhammad Yunus, un profesor de economía que empieza un microemprendimiento de créditos chicos en aldeas pobres de Bangladesh. En su libro "Hacia un mundo sin pobreza", relata la historia de cómo con el tiempo pudo fundar el "Banco Grameen", un sistema para a la gente con pocos recursos pero con capacidad productiva. Yunus alienta a confiar en la gente porque con su experiencia demostró que con brindar las herramientas para poder trabajar un pueblo puede salir de la hambruna y la pobreza.
¿Será este el objetivo del "Programa de fomento del Microcrédito para el Desarrollo local?
Por lo pronto, ya 17 provincias le dijeron que sí a la propuesta, y nombraron a Alberto Gandulfo como coordinador del programa.
Quizás la mejor respuesta sean los hechos concretos, los resultados. Hay que ver si estos microcréditos son entregados a la gente que verdaderamente los necesita. Hay que ver si no existirán las típicas trabas burocráticas, los trámites interminables y los requisitos imposibles.
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