Boca-Gremio, mucho más que un duelo argentino-brasilero. Es que se jugaba el capítulo I de la final de la Copa Libertadores en la Bombonera, estadio repleto de folklore e historias coperas. Y no sólo eso: era la despedida de Román en La Boca. Casi 50.000 almas estaban preparadas para la fiesta y la ovación al Maestro...
El partido iniciaba poco después de las 21.45, el clima y los dos grandes equipos, representantes de las potencias del continente, presagiaban un gran encuentro. No iban a defraudar. Gremio (con Saja titular y Schiavi al banco) pudo concretar su juego y mantener el partido en 0 por unos minutos, e incluso pudo anotar algún gol. Y Boca..., y Boca es Boca...Su chapa copera lo llevó a atacar todo el partido. Y tanto va el cántaro a la fuente...
Y sí, los goles llegaron...Primero Palacio (tras recibir la habilitación de un adelantado Palermo), después Riquelme (con un tiro libre magistral salido de su guante derecho) y Ledesma (en un fortuito rebote) en el segundo tiempo, dieron un claro 3 a 0 al xeneize que se perfila muy bien para alzar su 6ta Copa Libertadores (4ta en los últimos 8 años) el próximo miércoles en Porto Alegre, Brasil.
Pero a pesar de la alegría propia del triunfo, los hinchas y la dirigencia sienten cierto dolor en el pecho: éste fue, quizás, el último partido de Román en su casa, la Bombonera. En Agosto deberá volver al Villarreal de España, ya que se vence el contrato de 4 meses de préstamo. Hoy por hoy, La Boca estuvo de fiesta, disfrutando el último concierto del Maestro. 50.ooo personas lo estamparon en un humilde y popular trapo: ROMANce de 4 meses, amor eterno...
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