En la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNC la situación parece normal. Los estudiantes empezamos las clases, rendimos finales, los profesores dan las cátedras, cobran sus sueldos, los pasillos y aulas están limpios. Sin embrago, la crisis institucional está por encima de todo esto, sigue estando y afectando la vida universitaria. No se palpa todos los días pero es un hecho y no podemos olvidarnos de eso.
Hace unos días asambleistas de todas las unidades académicas de la Universidad presentaron un "acta acuerdo" que promueve la elección de los consejeros directivos estudiantiles y no docentes, la conformación del Consejo Superior, el tratamiento de la convocatoria a Asamblea y la fijación de parámetros para la conformación de los directivos.
La rectora interina, Teresa Vega, también llamó al diálogo. Es suficiente esto? Es cierto que el diálogo y el debate son herramientas fundamentales para la socuión de conflictos pero con charlas no se recompone una crisis que lleva más de un año.
A veces no queda claro de quién es la culpa o a quién hay que pedir explicaciones. De todos modos, hoy lo importante es la educación universitaria y pública. Una educación que está perdiendo alumnos por los conflictos, el cese de clases, la entrega de títulos. Una educación pública que pierde la confianza, la legitimidad, el nivel académico.
Ningún universitario que esté hoy cursando en este establecimiento quiere que la Universidad se desprestigie como está sucediendo.
Resta esperar que la educación sea el tema principal, la política se deje de lado y la torelancia tenga lugar. Que la solución surja entre todos...demasiado optimismo?
jueves, 23 de agosto de 2007
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