El 28 de octubre tenemos que elegir presidente. Hoy los candidatos se olvidaron completamente de nosotros y están ocupados en tratar de ganar una guerra de todos contra todos. Elisa Carrió, por ejemplo, no da su brazo a torcer. La candidata a presidente y principal opositora de Cristina Kirchner, hace unos días aseguraba que iría a segunda vuelta. Hoy duda: “todavía es difícil llegar al ballottage”. Admite que todo depende de ese 55% del electorado que todavía no sabe que votar (edición impresa del Diario Rio Negro del 7 de octubre). Es en este momento donde todos comienzan a mostrar la hilacha. Se abalanzan sobre ese electorado indeciso y tratan de convencerlo para que se unan y voten en su favor.Por su parte Cristina tiene un “no se que” que desorienta. Hasta hace muy poco no hablaba con la prensa. Dedicó todo su tiempo como senadora a viajar por el mundo, pero ¿y el Senado? Hoy las cosas se dieron vuelta. Cristina habla más con la prensa y lo mejor es que se comunica con la gente! ¿Será esto parte de los efectos de su bipolaridad?.
En contraposición al glamour de Cristina esta Raúl Castells. Un verdadero personaje. Puso un comedor comunitario en una de las zonas más exclusivas de Buenos Aires, Puerto Madero. Creyó que su popularidad aumentaría cuando su mujer acepto bailar por un sueño. Sin embargo la gente le dijo que no. ¿Pasará lo mismo en las urnas?
Otro de los candidatos es un hombre de un robusto bigote, una presencia importante, pero hay que ver que ocurre con su credibilidad. Jorge Sobisch no pierde las esperanzas y eso está bien pero lo que todavía no se entiende es ¿quién le da esperanzas?
La lista de candidatos continúa, son muchas las opciones que tenemos y la fecha se acerca. Estos siempre son los momentos donde todos comienzan a demostrar sus verdaderas ambiciones. Comienza con un "yo voy a hacer” y termina con un todos contra todos. Es increíble. Nuca falla, ya sean elecciones para intendente, gobernador o presidente, siempre la sociedad termina relegada en un segundo plano. Los anhelos de poder superan los anhelos de llevar al país a una situación mejor. Y los argentinos seguimos esperando. Y después algunos sentimos que nos equivocamos, y nuestra espera comienza nuevamente, aspiramos a que en los próximos comicios las opciones sean mejores.
