
¿Qué es la ética periodística? ¿Cuál es la relación entre el periodismo y la publicidad oficial? ¿Transar o negociar con el gobierno? ¿Existe la verdadera libertad de opinión e información? ¿Se condicen los valores éticos con la práctica cotidiana? Muchas preguntas, algunas ambiguas porque siempre está la repuesta “depende de cada caso”. Sin embargo, todas ellas y unas cuántas más, intentaron encontrar su respuesta en
el Tercer Taller de Periodistas de la Patagonia.
Las jornadas se realizaron en las instalaciones del diario Río Negro de Roca. Estuvieron organizadas por el
Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), la
Fundación Avina, el sitio web
Inforum Patagonia y el diario Río Negro.
“
Sólo el compromiso ético salvará al periodismo”. Parece una profecía o una predicción de Nostradamus, pero no lo es. Son palabras de
Alicia Miller, secretaria de redacción del diario Río Negro. Y acá se abre el debate. Trabajar como periodista bajo los preceptos de responsabilidad, chequeo de fuentes, veracidad, compromiso con la verdad, pluralismo, son principios básicos que –al menos- los estudiantes vamos aprendiendo a lo largo de toda la carrera universitaria. Pero ¿qué pasa cuando uno se enfrenta a la realidad? Esa realidad donde hay poco trabajo, bajos salarios, grandes dueños de grandes medios, políticas exclusivas, censura directa e indirecta, presiones. Las experiencias de periodistas de la zona mostraron cuán difícil es sobrevivir y trabajar honestamente en este escenario de fuertes contradicciones.
Fabián Bergero, del sindicato de Periodistas de Neuquén, se preguntó si estábamos contando realmente lo que pasa. Para responder a tan enigmática pregunta acercó al publico algunas “recomendaciones”, como hacer un esfuerzo por informarse y ser muy críticos con la rutina periodística, es decir, tener la capacidad de dejar las estructuras acartonadas de consultar siempre a las mismas fuentes y girar la mirada hacia el barrio, la gente y las instituciones.
Todos los temas abordados tuvieron su interés y relevancia. Sin embargo, el debate sobre la publicidad oficial fue centro de opiniones, contradicciones y posiciones tomadas. En este sentido, fue clave la afirmación de
Fernando Ruiz, quien destacó que el periodismo depende del marco político y que, por tal, es una profesión democrática. Entonces el periodismo debe ajustarse a los principios democráticos pero en un marco político lleno de presiones. Algunos postulaban que no es necesario mentir, otros que si se miente para obtener información el público debe saberlo. En fin, aunque exista un
código de ética, explicitado por FOPEA, la práctica cotidiana obliga a tomar decisiones morales personales constantes.
El
periodismo ciudadano fue otro tema interesante. Libertad de información, libre acceso, amplia participación y profundización de temas. Y acá la ética vuelve a tomar sentido. “La ética es una utopía”, señaló
Mariana Arias, miembro de FOPEA y corresponsal de La Nación en Santa Cruz.
Conceptos abstractos como democracia, ética, libertad, son a veces muy difíciles de plasmarlos en la realidad de conseguir una fuente, buscar la verdad y obtener la noticia.
Uno de los panelistas aseguró que aceptar la publicidad oficial no significa “venderle el alma al diablo”, siempre y cuando uno establezca sus límites. Y quizás de eso se trate la cuestión, de “
tener las cosas claras”, de saber donde uno está parado, de trabajar con responsabilidad y de asumir la profesión con compromiso.
Seguramente quedaron dudas y preguntas que tal vez nunca se respondan. De todos modos, el debate quedó abierto. Las conclusiones son difíciles, los disertantes demostraron que la práctica da la experiencia y que siempre es bueno replantearse cómo estamos trabajando, con que metas, hacia donde se quiere llegar.